
Recientemente un estudio de la Universidad británica de Westminster ha demostrado que ver películas de terror quema calorías y casualmente El Resplandor de Stanley Kubrick es el que más. Nada menos que 187 calorías puedes perder solamente con verla.
Que podemos contaros que no sepáis ya de este mítico filme que adapta (a su manera) una novela del rey del terror Stephen King. Muchas han sido las voces críticas que han desacreditado a Kubrick a la hora de realizar una obra maestra del terror y uno de ellos, es ni más ni menos, que David Cronenberg. Según el director canadiense, creador de cintas tan interesantes como Videodrome o Inseparables, «No considero a ‘El resplandor’ una gran película. Creo que él nunca entendió el terror. No creo que supiera lo que estaba haciendo. Había imágenes muy impactantes en el libro y eso es lo que él plasmó, pero dudo que lo sintiese”.
Aunque admiramos a este realizador queremos entrever un pequeño tufillo a envidia. Kubrick es un director inigualable y El Resplandor es sin duda, no ya una de las mejores películas de terror, sino del cine en general. Es precisamente esa frialdad en las imágenes y el espacio lo que hace terrorífico su visionado. Es la ilógica extrañeza del miedo.

EL RESPLANDOR
El anterior filme de Kubrick Barry Lyndon (1975) fue un fracaso comercial por lo que necesitaba resarcirse y llevaba tiempo detrás de realizar una película de terror. Compro los derechos de la última novela de un joven escritor, del que solamente había visto la adaptación que realizo Brian de Palma de Carrie. Junto a la escritora Diane Johnson, y dejando completamente fuera a King del cual llegó a decir que no era un gran narrador, sento las bases de lo que se convertiría en uno de los mejores filmes de terror que existen. Y eso que King, entre muchos otros, siempre ha afirmado que Kubrick no entendía las reglas del género de terror.
Por todos es sabido el carácter maniático y perfeccionista del realizador norteamericano, en esta ocasión no iba a ser menos. El rodaje de El Resplandor se prolongó durante 14 largos meses en los que uso unas técnicas fotográficas parecidas a las utilizadas en su anterior cinta Barry Lyndon, lo que dota al conjunto de una tenebrosa y surrealista realidad. Además fue programado de manera cronológica para que los actores se zambulleran de lleno en toda la locura y horror que relata la película.

El Resplandor es el filme con más metraje rodado de la historia de la cinematografía, 400.000 metros de película. Lo cual nos lleva directamente a una de las razones de este despilfarro. Kubrick rodaba las escenas una y otra y otra vez hasta la extenuación. La escena del hacha más de cien veces (fueron necesarias 60 puerta), la de Jack y Wendy en las escaleras 127, etc. Un no parar.
Otro de los aspectos a destacaren El Resplandor es la férrea disciplina que imponía tanto a los actores como al equipo técnico. La fuerte presión a la que sometía a Shelley Duvall hizo que esta padeciera varios ataques de pánico, se le cayó el pelo y posteriormente sufrió una depresión de la que tardo meses en recuperarse.

En El Resplandor el director establece una exploración particular del terror huyendo de la lógica establecida. Es el ser humano enfrentado a sí mismo y a su dualidad, a su Doppelgänger oscuro pero a la vez implícito en todo lo que hace. En la novela de King el mal reside en el hotel construido sobre un antiguo cementerio. La dualidad del mal llena toda la historia y la pantalla, el presente se funde con el pasado, la joven y la anciana de la habitación 237, las dos hijas asesinadas del anterior guardes. Por último las dos versiones de Jack, el escritor fracasado y el que siempre ha estado en el hotel, la parte maligna que todos nosotros mantenemos oculta.
Una constante en todas las obras de Kubrick es la importancia de la música en el resultado final. Solamente hay dos composiciones originales, de Wendy Carlos y Rachel Elkind, el resto pertenece al repertorio clásico contemporáneo. Son piezas que encajan perfectamente para recrear la atmosfera opresiva y el terror del filme. Las piezas de Ligeti, Penderecki y Bartok han sido escogidas con sumo cuidado, con una intencionalidad precisa. A modo de ejemplo indicar que Kubrick elige una reelaboración del himno medieval Dies Irae para abrir la película, nos predispone para la terrible situación que va a acontecer, es un presagio de muerte.

A día de hoy El Resplandor ha soportado perfectamente el paso del tiempo y con cada visionado descubrimos nuevos elementos que la dotan de múltiples significados. Nunca termina de explicarse coherentemente, es la irracionalidad del mal en sí misma. ¿Y que hay más terrorífico que eso?
LOS MENSAJES OCULTOS DE EL RESPLANDOR

Muchos son los fanáticos de Kubrick que creen que El Resplandor es mucho más que una película de terror. Hay códigos ocultos en los diálogos, el vestuario y el attrezzo del filme.
En el año 2012 el cineasta Rodney Ascher crean el documental Room 237 en el que exploran todos estos mensajes crípticos, tales como el genocidio de la población indígena americana, el holocausto judío o la falsa llegada a la luna.
CEMENTERIO INDIO
Como en la novela de Stephen King una de las teorías indica que el Overlook está construido sobre un cementerio indígena, motivo por el cual la película trata sobre el abuso de los norteamericanos sobre el pueblo indio.
En una de las escenas vemos a Jack rebotar una pelota sobre un tapete indio mientras en la cocina hay infinidad de latas de polvo de hornear marca Calumet, nombre de una pipa de paz indígena.
HOLOCAUSTO
El número 42 se repite constantemente en El Resplandor. Una camiseta de Danny, la película Verano del 42 de Robert Mulligan. Casualmente 1942 es el año en el que los nazis planificaron el holocausto judío. Y amarillo es el color del Volkswagen Escarabajo al igual que la estrella de David que estos portaban en los campos de concentración. En la novela es rojo.
FALSO VIAJE A LA LUNA
Según el escritor y cineasta Jay Weidner, Kubrick revelo mediante diferentes señales que el viaje a la Luna fue falso y que el ayudo a crear esta mentira.
En una de las escenas de El Resplandor Dany juega con un cohete encima de una alfombra con diferentes diseños hexagonales, al igual que la plataforma de lanzamiento del Apollo 11.
Cuando este se levanta se acerca lentamente hacia la habitación 237 y en su jersey hay un cohete con la inscripción Apollo 11.
La distancia de la Tierra a la Luna era 237.000 millas (381.414 km) según las escuelas en los años 60, así se lo enseñaban a los niños.
Por supuesto muchas de estas teorías son más atractivas que veraces pero contribuyen a mantener vivo la inquietud y curiosidad por la cinta de Kubrick, una película tras más de 30 años sigue siendo increíblemente aterradora.
