
El género de terror siempre ha servido como altavoz para reflejar problemas del mundo real, para hacer reflexionar a los espectadores sobre terribles realidades, y muchos directores lo han utilizado como vehículo para expresar estas injusticias. Directores como Larry Cohen con The Stuff (1985), David Cronenberg con Videodrome (1983) o La Mosca (1986), o más recientemente Get Out (2017) o Nosotros (2019), han demostrado que el cine de terror no solo sirve para asustarnos sin más, sino también para hacernos pensar sobre problemas más profundos. Y eso es precisamente lo que nos demuestra la directora Natasha Kermani, la cual nos sorprendió con su drama de ciencia ficción Imitation Girl, con su nueva película Lucky, una metáfora sobre la violencia machista que sigue los cánones del subgénero slasher.
Lucky nos traslada a la lucha diaria de las mujeres frente a la violencia física más terrible y visible, pasando por los micromachismos que tan integrados están en nuestra sociedad, trasladándolo al lenguaje del slasher al mas puro estilo John Carpenter.
Mención de honor para Brea Grant, protagonista y guionista de Lucky, que sabe interpretar a la perfección y diseccionar todos los mecánicos del género para trasladarlos al terreno de la violencia machista para regalarnos una película que quizás entiendan más las mujeres que los hombres, pero que seguro que algo nos enseñara a todos. Una propuesta correcta, pero que no te dejara con un mal sabor de boca y que además trata al espectador de manera digna e inteligente, haciéndole reflexionar sobre la propia esencia de la violencia.
Tras su paso por el último festival de Sitges, ha sido adquirida por la plataforma norteamericana de streaming especializada en terror Shudder.
SINOPSIS
Un implacable asesino en serie acosa a una escritora noche tras noche, pero nadie la cree. Tendrá que valerse por sí misma para terminar con su sangriento problema de una vez por todas.