
Fueron muchos los directores que descubrí y que admire durante los años que disfrute como dependiente de videoclub en mi ciudad natal. Además, tuve la suerte de trabajar en un videoclub en el que el dueño se preocupaba por tener buen cine de autor aparte de toda la metralla hollywoodiense, que es la que al fin y al cabo daba la pasta. Allí descubrí corrientes cinematográficas que van desde la Nouvelle vague pasando por el Free cinema inglés o el Giallo italiano. Intente desvelar los secretos de directores como Claude Chabrol, Werner Herzog o mi adorado Andrzej Zulawski. Pero si hubo un director que me perturbo por encima de todos y de todo con una sola película ese fue sin duda Iván Zulueta y su vampírica y yonki carta de amor al cine como es Arrebato. Por eso me ha parecido necesario e interesante mostraros uno de sus alucinados cortometrajes como es Frank Stein.
En breve dedicaré un especial a Arrebato en donde os contaré una curiosa anécdota que aconteció en mis días de videoclub y mediante la cual conseguí conectarme, en cierta manera, con Zulueta.
Pero volviendo a el cortometraje Frank Stein os he de indicar que se trata ni mas ni menos que la famosa película de James Whale condensada en poco menos de 3 minutos. Nos encontramos de nuevo la fascinación de Zulueta por la imagen en todas sus vertientes, una pasión enfermiza que deforma y transforma todo lo que toca, todo lo que ve. En este caso el material ha sido filmado en Super 8 directamente de una transmisión televisiva. La cámara, el objetivo se convierte en el propio ojo de su director, en su cerebro que registra, modifica y distorsiona lo que ve, trocándolo en algo nuevo como si de un extraño capullo de gusano se tratase.
En este sentido el realizador vasco se adelanta con Frank Stein, en cierta manera, a la moda del found footage, jugando a su manera y redimensionando el original para devolvernos algo completamente nuevo e insólito, singular y sorprendente. Es como si transformase nuestra mirada en la de un niño que ve algo por primera vez, algo que le resulta familiar pero que a la vez es incapaz de reconocer, quedando grabado inconscientemente en su retina.
Si tuviera que resumir, en una palabra, en una frase o en una sensación lo que siempre me ha producido el trabajo de Iván Zulueta cada vez que lo he visto es sin lugar a dudas fascinación enfermiza, como el que mira sin poder apartar la mirada de algo turbador pero dolorosamente hermoso, como una espiral de luz sin fin.
SINOPSIS
En Frank Stein Iván Zulueta realiza un ejercicio de condensación al transformar la película de James Whale en un fascinante y enfermizo cortometraje de 3 minutos que no podrás dejar de mirar.