
Mandy (Panos Cosmatos)
En esta época que vivimos parece que todo está ya creado, hecho, escrito o visto, y es muy difícil encontrar una originalidad en todo los que nos rodea. Aunque, como ya he comentado en varias ocasiones, a veces la originalidad se encuentra en componer algo mediante lo que ya existe. Y en este sentido Panos Cosmatos, hijo del realizador George P. Cosmatos (Rambo: Acorralado – Parte II, Cobra) ha sabido crear un universo muy personal, enigmático y poderosamente atractivo mediante elementos ya existentes en el cine y sobre todo en el de nuestros adorados años 80. Ya lo demostró con su opera prima Beyond the Black Rainbow, una cinta insólita y extremadamente esteticista, llena de imágenes sorprendentes e hipnóticas. En su nueva película Mandy el realizador vuelve a incidir en sus obsesiones particulares y además nos trae un regalo, la impresionante interpretación de ese genio incomprendido llamado Nicolas Cage.
CRÍTICA
Mandy vuelve a sumergirnos en ese mundo de pesadilla, elegante y atractivo pero a la vez oscuro, desagradable y profundamente perturbador que reside en el fondo de la mente del director. Panos Cosmatos nos hace regresar a los años 80, unos años 80 llenos de colores saturados, atmósferas irreales y una música electrónica que llena cada hueco de la imagen que se nos muestra.
Pero allí donde Beyond the Black Rainbow era minimalismo quirúrgico y calculado, Mandy nos devuelve esa visión de manera desmedida, es pura lascivia visual en la cual Nicolas Cage parece encontrarse como en el vientre de su santa madre.
Panos Cosmatos ha reutilizado de una manera muy sabia diferentes referencias cinematográficas presentes en muchas de las películas que inundaron la cinematografía norteamericana de los años 70 y 80. Y en concreto esas películas que nos presentaban a unos antihéroes, caídos en desgracia, incapaces de sobreponerse a su propia realidad pero que una bofetada del destino, trágica, dolorosa y cruel les devolvería su dignidad perdida para, a través de la venganza, cumplir su destino y ser un ser humano por última vez. En este sentido Mandy, sintetiza todas estas premisas y apunta directamente a Quiero la cabeza de Alfredo García, la última obra maestra de Sam Peckinpah, ese gran defensor y poeta de los perdidos, los perdedores y los olvidados. Al igual Warren Oates en el filme de Peckinpah, el personaje de Nicolas Cage, se ve sumergido en un viaje sin retorno lleno de suciedad y podredumbre vagando por un universo sombrío y lóbrego, lleno de bizarros asesinos y perdedores sin escrúpulos en un viaje sin retorno.
Pero en Mandy también encontramos otro tipo de referencias, siempre enfocadas hacia la búsqueda de venganza por parte de nuestro protagonista tras haber perdido algo muy querido. Como en Hardcore, un mundo oculto, obra maestra de Paul Schrader y en la que un inconmensurable George C. Scott se introduce en los bajos fondos de Los Angeles para buscar a su hija, atrapada en las redes del porno. Deberá de derribar su profunda educación cristina, iniciando así también un viaje interior en el que sacara a relucir las partes más oscuras de su alma, a combatir el fuego con el fuego. Y así es como Red Miller deberá alentar a su bestia interior, liberar a sus demonios para combatir a los demonios que encontrara en el camino de su sangrienta vendetta.
Y por último no podía dejar de citar otra película que a mi parecer no ha recibido toda la atención que se merece, y que encaja perfectamente como referencia fundacional para Mandy. Como en Asesinato en 8mm, también protagonizada por Nicolas Cage. En Mandy, Cage se verá inmerso en este mundo despiadado, negro y sombrío, y deberá transformase en horror para combatir toda la atrocidad que encontrará en su trayecto sin regreso posible.
Panos Cosmatos refuerza toda la crueldad de su relato con un estilo visual excesivo y barroco, llenos de referencias psicodélicas, es una representación gráfica del interior de los personajes y las situaciones en las que se desarrollan sus historias. Como una especie de microcosmos infectado por un virus letal que afecta a todo sus órganos.
Además la sobreactuación de Nicolas Cage, un papel que parece escrito exclusivamente para él, parece configurar la redondez de una obra destinada a engrosar el olimpo de las películas de terror de culto.
Mandy, es sin duda, una obra cinematográfica única y excepcional que en todas sus imperfecciones logra una extraña perfección, una especia de incomoda satisfacción que nos presenta lugares comunes, en los que ya hemos estado, pero que ahora se nos presentan ante nuestros ojos repugnantemente transformados. Es algo repulsivamente bello que no puedes dejar de mirar.
Justo debajo del trailer original puedes disfrutar de todos los trailers de las referencias citadas.
🎬 Puntuación de El Primo [yasr_overall_rating size=»medium»]
SINOPSIS
Es 1983 y en un remoto bosque de una zona del noroeste de Estados Unidos viven tranquilamente Red Miller y Mandy Bloom. Están profundamente enamorados y no necesitan nada más para ser felices. Pero de repente sus vidas se trastocarán profundamente cuando los miembros de una oscura secta, liderada por el enigmático Jérémie Sand, invadan su mundo.