Han tenido que pasar 29 años para que uno de los mejores directores del cine español haya vuelto. 29 años desde que Juanma bajo Ulloa realizó La Madre Muerta, para mi una de las mejores películas de nuestro cine y del cine en general. Un estado de ánimo, el dolor, la muerte, lo perdido que no regresará nunca y los cambios que nos marcan de por vida. Un obra oscura y cruel pero elegantemente rodada y con un halo poético que os demuestra que la muerte y el dolor pueden ser bellos. Con Baby, Juanma Bajo Ulloa regresa a su casa, a ese caserón oscuro, lleno de recovecos, invadido por telarañas, angustiosos recuerdos y en el que la naturaleza se funde con los cimientos. Una historia contada sin una sola palabra

Sus dos primeras películas nos confirmaron que estábamos ante uno de los directores mas prometedores del panorama nacional, que ya nos sorprendió con su corto El reino de Víctor (1989) con el que gano el Goya (el primero que se dio a un corto) y que sorprendió a propios y extraños con su opera prima Alas de mariposa (1991), un retrato oscuro, claustrofóbico en intimista sobre las relaciones familiares, los deseos frustrados y las tradiciones sin sentido que ganó la Concha de Oro de San Sebastian de ese año.

MAKING OF BABY

Baby no es una obra perfecta, pero nos devuelve a ese autor autentico y lúcido que llena cada imagen de dolor y belleza, con momentos fascinantes que te dejan sin aliento, y en el que la música, compuesta por el gran Bingen Mendizábal y Koldo Uriarte, es un personaje más de la historia, compensado la falta de palabras. Y, es que hay recordar, que el cine es ante todo imagen, y nunca hay que subestimar el poder de la imagen en movimiento.

El arranque y ritmo de la primera parte es absolutamente magistral, te atrapa y te engulle, de una perfección dolorosa y fascinante. Ahí es donde te das cuenta del talento del director, un talento que no ha perdido, que estaba dormido o, quizás, las circunstancias y la realidad del panorama cinematográfico español habían sepultado. A la mente me viene otro director vasco, amigo de Bajo Ulloa, y que fue sometido al ostracismo por decir la verdad sobre el cine español, Tinieblas Gonzalez. El cual ganó, Por un infante difunto (1998), el premio de la Crítica en la XXXVII Semana Internacional del Festival Internacional de Cannes.

BSO BABY

Si bien es cierto que en el segundo acto de Baby el ritmo se hace un poco más pesado, y ahí cierta tendencia a la teatralidad excesiva, al esperpento y la repetición, no se puede negar la maestría del cineasta vasco a la hora de crear atmosferas y esa poderosa estética visual marca de la casa. La casa, los personajes, la naturaleza, esa reminiscencia a la Matanza de Texas de Tobe Hooper, las magníficas actuaciones de las actrices (Natalia Tena, Harriet Sansom Harris, Rosie Day, Charo López, Mafalda Carbonell), la reivindicación de la maternidad y las segundas oportunidades, todo ello se sobra y se basta para obviar esos fallos y disfrutar del viaje tenebroso que nos regala Bajo Ulloa. Y sin olvidar que nos encontramos ante una obra independiente, alejada del mercado mainstream, en la que la mayoría de su equipo no cobro un duro por hacerla. Eso es amor, al arte, a tus ideas, a lo que te gusta, y es confiar en un director y un creador que espero nos de más de lo que sabe hacer bien, es amor al cine y punto.

SINOPSIS

Una joven drogadicta embarazada da a luz en medio de una de sus crisis. Incapaz de ocuparse del bebé, lo vende a una matrona dedicada al tráfico de niños. Arrepentida, la joven tratará de recuperarlo.

TRAILER